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Ramon Mendoza S
Reportero
Luis Gabriel Martínez Peña Presidente del Colegio de Notarios Públicos en Victoria lamento el poco interés que priva entre la población para heredar en vida o acogerse a la elaboración del testamento.
Menciono que el rezago en cuanto a los trámites para iniciar con la creación de un testamento se acentúa en la zona rural de la entidad.
Pero también en las comunidades urbanas es muy común que las propiedades, que son uno de los bienes que más entran en el tema de los testamentos, hayan sido pasadas de generación en generación sin que exista un documento legal que pruebe la pertenencia.
«Muchas de las familias que están en posesión de un bien no tienen ni siquiera la escritura porque se los dejó su papá nada más de palabra, entonces ellos no pueden hacer testamento porque ellos no testan, lo que tienen no está a nombre de ellos».
Esta falta de escrituración provoca que al momento en el que un ciudadano busca establecer su testamento, para determinar la dispersión de bienes tiene que iniciar primero con la regularización del terreno o del inmueble en cuestión.
Esto significa que para poder concretar el testamento se tiene primero que atravesar por un juicio sucesorio que en no pocas ocasiones tiene que ir hacia atrás en al menos tres generaciones, explicó.
“A la gente le falta tener un poco de mayor información, lo dejan como costumbre de que mi familia me lo pasa y el problema se da cuando muerte la persona, el testamente es la voluntad del finado de cómo quiere repartir los bienes” comento.
“Y cuando no hay testamente los familiares ti9enen que contratar el juicio, costos y después al notario para que protocolice los eventos, tarda cinco o seis meses y hasta años”
En opinión del entrevistado la falla viene de origen, toda vez que desde los abuelos no existió la cultura del testamento.
«Al final, cuando la persona dice ‘voy a hacer el testamento, yo le voy a dejar mi casa’, fallece la persona y resulta que cuando van a hacer el juicio resulta que la casa no está a nombre del testador, sino que está a nombre del abuelo, entonces hay que denunciar juicios sucesorios y testamentarios desde el abuelo», explicó.
El problema se recrudece toda vez que en las comunidades está menos extendida la cultura del testamento, a pesar de las campañas que se han emprendido con las que se brinda apoyo a los ciudadanos para realizar el trámite, además de ofrecer facilidades a las personas de bajos recursos.
“Con que tenga un bien o más, nosotros tenemos campañas durante el mes de septiembre pero todo el año alentamos que se cumpla la voluntad del finado con costos menores” subrayo.