Por: FORMULA
Comer un buen desayuno diariamente
No desayunar correctamente, el cuerpo al no recibir alimento, disminuye su ritmo y pasa a conservar energía. Por lo que, mientras más generosa sea la primera comida, es mucho mejor.
Según un estudio publicado en el periódico Epidemiología en EU; algunos voluntarios que ingirieron el 22 y el 55 por ciento de las calorías totales durante el desayuno, sólo subieron 700 gramos en cuatro años. Mientras que las personas que ingirieron del 0 al 11 por ciento, aumentaron 1.3 kilogramos.
Por lo que saltarse la primer comida, implica 4.5 veces más riesgo de obesidad.
Tomar más agua
El agua es una bebida cero calorías. Asimismo, diversos estudios afirman que tomar agua al menos media hora antes de cada comida, ayuda a controlar el apetito.
Dormir lo suficiente
No dormir bien se relaciona con el riesgo de obesidad. Ya que la falta de sueño afecta negativamente al metabolismo.
De igual forma, no dormir lo suficiente está relacionado con el aumento del azúcar en la sangre así como con la resistencia a la insulina. Ambas elevan el riesgo de sufrir diabetes tipo 2.
Por otro lado, otros estudios confirman que las personas que duermen poco, producen más parrilla; la cual es la hormona responsable de dar la sensación de hambre.
Elegir una dieta proteica
Los músculos queman más calorías que grasa, aunque estén en reposo. Por lo que se recomienda consumir, al menos, 30 gramos de proteínas al día. Ya que ayudan a construir y mantener una masa muscular delgada.
La cantidad necesaria de proteína lo puedes ingerir en una taza de queso cottage o una pechuga de pollo sin hueso de 115 gramos. Esto te ayudará a perder peso.
Beber té
El té verde es uno de los termogénicos naturales que ayuda a disminuir los niveles de grasa; ya que es capaz de aumentar la temperatura corporal que ayuda a acelerar el metabolismo, lo que estimula la quema de grasas.
Según datos de un estudio, se confirmó que las personas que incluyeron en su dieta esta bebida y consumieron al menos cinco tazas de te al día durante doce semanas; mostraron una disminución en su peso en hasta un 5.6 por ciento.
De igual forma, otros estudios dieron a conocer que ingerir de dos a cuatro tazas de té verde son capaces de quemar 50 calorías. Es decir, que puede ayudar a perder dos kilos por año. El efecto es más eficaz cuando se bebe caliente.
