Por: Grupo Fórmula
Por medio del uso de aprendizaje automatizado, también conocido como “machine learning” y big data, investigadores del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN), desarrollaron un modelo de cómputo en línea nombrado “Time TGO”, que han permitido identificar los medicamentos más tóxicos para el hígado.
Asimismo, Héctor Alberto Rueda y Roberto Alejandro Cárdenas, los investigadores y estudiantes de doctorado del ITESM, realizaron este estudio debido a que en general, todos los fármacos tienen un cierto nivel de toxicidad.
En dicho contexto, con el método basado en la minería de datos, así como en periodos de tiempo, a servido para evaluar el efecto que provoca cada posible compuesto o fármaco, además de integrar la información de múltiples dosis, tiempos y réplicas, con todo ello, fue posible hacer esta clasificación.
En ese sentido, el proceso de clasificación de los compuestos más tóxicos utiliza modelos humanos en vitro, en rata en vivo y rata en vitro, a través de niveles de expresión de genes.
Sin embargo, es muy complejo detectar sus posibles efectos secundarios, por lo que se buscó la manera de detectar los posibles daños que varios fármacos pueden provocar a los órganos, especialmente al hígado.
Año con año, la Administración de Drogas y Alimentos en Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprueba en promedio 21 nuevos medicamentos, de los cuales más del 50 por ciento son removidos del mercado tras 12 meses debido a que presentan efectos adversos que pueden ser graves para el cuerpo.
Las sustancias detectadas como más dañinas para el hígado se encuentran normalmente en algunos medicamentos, que incluso no requieren receta médica.
Según los científicos, las sustancias más dañinas o tóxicas para el hígado son isoniazida, acetaminofen, fenobarbital, diclofenaco, etionina e isotiocinato de naftilio.
La isoniazida se usa en el tratamiento de la tuberculosis, el acetaminofén es un analgésico de los no opiáceos, para tratar dolores leves o moderados. Pero, tomar demasiado este fármaco puede derivar en un fallo hepático o a la muerte.
El fenobarbital es el anticonvulsivo más usado actualmente y el más antiguo; tiene propiedades sedantes e hipnóticas, pero en altas dosis presenta riesgo de insuficiencia hepática.
En tanto, el diclofenaco es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), que se emplea para reducir la inflamación y para tratar el dolor. Incluso es útil para tratar la osteoartritis, artritis reumatoide y en dolores leves a moderados. En dosis altas puede provocar hepatitis con o sin ictericia, y en casos aislados hepatitis fulminante.
Mientras que el isoticionato de naftilio, que se usa para el control de los patógenos de las plantas y su consumo en humanos puede derivar en grave daño al hígado.
Por último, la etionina puede provocar daño hepático, deficiencia de la síntesis proteica e induce hígado graso.

