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Ramón Mendoza S
Reportero
La mayoría de las sociedades han considerado el suicidio como un desastre, incluso hoy en día en la sociedad mexicana se ha dado el deceso por si solo hasta de menores de edad, situación que resulta complejo ante la vertiginosa vida que se lleva en la actualidad.
Para la iglesia Cristiana y Evangélica solo Dios puede dar o abrir la puerta al cielo de las personas que atentan contra de su propia vida, ya que en el plano humano, el respeto de la dignidad humana es el respeto de toda vida humana. Incluida la nuestra propia.
El pastor Ercell Lewis opino que nadie puede darse la vida a sí mismo. La vida es un don extraordinario que recibimos; los cristianos reconocen en Dios el origen de ese don.
“Esta es solo una pregunta que hay que hacerla a Dios, yo tuve una vez una amigo que era profesor en la escuela bíblica, él tuvo una enfermedad que era horrible y después se mató el mismo, eso me cambio mi forma de pensar, al final no importante lo que yo piense, sino lo que Dios piensa, yo creo que las decisiones que nosotros hacemos tienen consecuencias” asevero.
Al reflexionar, no hay ninguna razón para ese don, porque antes de recibirlo no existíamos y no teníamos ni valor ni mérito. No hay otra razón a ese don que el amor gratuito: dando la existencia a un ser, Dios ama ya al que no existe todavía.
“El suicidio primero enseña un vacío que por adentro de ellos (suicida) y la única salida de una persona para estar lleno de esperanza es su júbilo en Dios, pero también la asegunda parte es que falta muchas veces su cercanía con la familia, el amor, los hijos y la proximidad con los padres” explico.
Y es que querer poner fin a la existencia, de manera libre y consciente, es pues rechazar el don absoluto de la vida, y despreciar así el don que Dios nos hace por amor.
“Hay varias causas que además orillan al suicidio como es la desintegración familiar o la adicciones, muchas veces tenemos un problema que la gente vive con tanta prisa y no ven que sus hijos necesitan tiempo para platicar con ellos por lo menos una vez por semana, sentarse con ellos para que ver qué pasa en sus vidas”.
El pastor evangélico finalmente comento que es la falta de comunicación y la cercanía con Dios las que propicia se siga presentando esta clase de situaciones que por cierto son muy lamentables.
“Muchas veces de los 12 años en delante de sus hijos no hay platica solo gritos, y la pregunta es qué es lo que está pasando, también hay que orar y llevarlos a una iglesia.»