Por: Reforma
El ATR-72, un bimotor turbopropulsado empleado por la compañía Aseman Airlines para trayectos regionales de corta distancia, cayó cerca de su destino en la ciudad sureña iraní de Yasuj, unos 780 kilómetros al sur de la capital, Teherán.
Todos los que viajaban en el vuelo 3704 murieron, indicó a la televisora estatal Mohammad Taghi Tabatabai, vocero de Aseman Airlines.
«Tras buscar en la zona, supimos que por desgracia (…) nuestros queridos pasajeros habían perdido la vida», dijo el portavoz. «Este avión tenía 60 pasajeros, 59 adultos y un niño, así como un piloto, un copiloto, dos asistentes de vuelo y dos policías aéreos a bordo».
Más tarde la agencia estatal de noticias IRNA reportó que un pasajero perdió el vuelo, por lo que la cifra de fallecidos fue corregida a 65.
La niebla impidió que los helicópteros de rescate llegaran a la zona del siniestro en los montes Zagros, señaló la televisora estatal. Tabatabai dijo que el avión se había estrellado contra el monte Dena, que tiene unos 440 metros de altura.
Aseman Airlines es una compañía semiprivada con sede en Teherán especializada en vuelos a aeropuertos remotos en todo el país. También tiene rutas internacionales. Es la tercera aerolínea iraní por el tamaño de su flota, por detrás de la estatal Iran Air y Mahan Air.
El avión despegó de Teherán a las 8:00 horas locales y dio señales por última vez a las 9:55, cuando se encontraba a 16 mil 975 pies de altitud y en proceso de descender, según FlightRadar 24.
La Media Luna Roja iraní dijo haber enviado equipos a la zona. Las autoridades indicaron que investigarían el suceso. Personas de la zona dijeron haber oído el golpe del avión, aunque nadie había encontrado el lugar del siniestro todavía, según la televisora estatal.
La fabricante europea del avión, ATR, una compañía con sede en Francia, dijo no tener información inmediata sobre el suceso. La empresa está especializada en aeronaves turbopropulsadas para vuelos regionales de 90 plazas o menos.
La flota de aeronaves comerciales iraní ha envejecido durante décadas de sanciones internacionales, y en los últimos años se han registrado varios accidentes aéreos.
Tras el histórico acuerdo nuclear de 2015 con varias potencias globales, Irán firmó contratos multimillonarios con Airbus y Boeing para comprar decenas de aviones de pasajeros.