Por: El Universal
Ciudad de México
Sac Actun, el sistema de cuevas inundadas más grande del mundo que corre bajo el suelo de Quintana Roo, es una cápsula de tiempo que resguarda unos 15 mil años de historia. Ahí, en un laberinto de cuevas que alcanza 347 kilómetros, se esconden desde las huellas de los primeros pobladores de América hasta las claves para entender las actividades comerciales y rituales de los antiguos mayas.
Así lo revelan las exploraciones más recientes del Proyecto Gran Acuífero Maya que apenas el mes pasado dio a conocer la existencia de esta magna galería de cuevas, la cual será promovida este año como Bien Mixto ante la UNESCO.
Ahora, el equipo liderado por el arqueólogo Guillermo de Anda reveló el hallazgo de un esqueleto de hace más de 10 mil años de antigüedad que reforzará los datos sobre los primeros pobladores del continente.
Los restos de este individuo que se suman al de otros cuatro que anteriormente se han localizado en el área consiste en dos fémures, un humero, una tibia, el cráneo, la mandíbula inferior y cuatro piezas dentales que serán claves para obtener su edad precisa. Por ahora, la estimación de su edad se basa en un fechamiento indirecto, pues los restos aún no han sido removidos del sitio para su análisis.
“Si tomamos en cuenta que las cuevas se inundaron hace unos 9 o 10 mil años, lleva ahí cuando menos unos 10 mil años. Aunque puede ser mucho más”, aseguró De Anda.
El arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y explorador de la National Geographic Society aseveró en una conferencia de prensa que con el hallazgo de este esqueleto se confirma la presencia humana temprana en esta parte del territorio mexicano. Anteriormente, su equipo había hallado en esas aguas un cráneo humano de esa misma antigüedad; en un cenote cercano, llamado El Pit, arqueólogos también habían recuperado otros dos individuos similares. Es en este sistema de cuevas donde también está “Hoyo Negro”, sitio en el que hace unos años se halló la osamenta de una mujer de 13 mil años de edad que hasta ahora es considerado como el esqueleto más antiguo del continente americano.
La acumulación de esqueletos en este lugar “habla de una interacción constante en esa zona desde hace 10 o 15 mil años o incluso más. Nos habla de una zona de actividad humana combinada con presencia de fauna”, refirió el arqueólogo.
La información que se está recuperando en el sitio, añadió, será clave para revisar las teorías sobre la procedencia de los primeros pobladores, así como de los mayas antiguos.
Este esqueleto es apenas uno de los numerosos vestigios paleontológicos y arqueológicos que han registrado en los 198 sitios localizados hasta ahora por este proyecto que cuenta con apoyo del INAH y National Geographic.