Por: El Universal
Ciudad de México
En esta campaña del futbol mexicano el caso de Christian ‘El Chaco’ Giménez y Pablo Aguilar son dos claros ejemplos de elementos que no pidieron salir de su club y sin decir agua va, los echaron.
Sin embargo, estos dos futbolistas fueron rescatados por los equipos donde se han sentido también con gran identificación como son los Tuzos del Pachuca y Xolos de Tijuana, respectivamente, y en donde ahora tendrán una estancia más larga en la Liga MX.
El caso más sonado fue el de “El Chaco”, quien el 19 de diciembre de 2009 fue contratado por Cruz Azul, estuvo ocho años con esa playera y logró el título de Copa del 2013 y el de Concacaf en el 2014. Además, disputó 311 duelos y metió 74 tantos.
El primer tanto que consiguió con los celestes fue en el Bicentenario 2010 y el último el 16 de septiembre de este año (Apertura 2017), cuando su equipo venció 2-1 a Santos.
Hay una marca que los seguidores de La Máquina jamás podrán sacar de sus mentes. Resulta que Giménez le metió seis goles al América.
También se pueden contar el que le hizo en la edición 2013 de la Copa MX y uno más en un encuentro de pretemporada en Dallas el 30 de junio.
A su salida de Cruz Azul mencionó que se iba con la espina clavada y que el único lugar donde podría ir es con el equipo donde consiguió sus grandes logros.
“Cruz Azul ya quedó descartado. La gente de Pachuca siempre me ha tratado como un hijo, hablo de Jesús (Martínez). Es una institución que quiero mucho y me quiere mucho, en México solo puede ser ese (el de mi retiro)”.
El caso de Pablo Aguilar es similar. El defensa guaraní llegó con el América para el Clausura 2014. Desde ese momento se convirtió en un referente del cuadro amarillo.
En el Apertura 2014, con Antonio Mohamed en el timón, logró su segundo título en México al vencer en la final a los Tigres. Fue bicampeón en la Concachampions y disputó los Mundiales de clubes en su edición 2015 y 2016.
Una de las virtudes que más extrañarán los azulcremas del central guaraní es que en estos tres años anotó 16 tantos con los amarillos.
La única mancha grave que tuvo con los de Coapa fue aquel cabezazo que le dio al silbante Fernando Hernández, por lo que se fue seis juegos suspendido.
A su despedida de Coapa, Aguilar le escribió una carta a los aficionados amarillos, desmintiendo las versiones de que él se quería ir.
“Me cuesta trabajo escribir estas líneas, pero quiero agradecer a la gente que me permitió defender los colores de esta gran institución, pues he cumplido uno de mis sueños y jamás lo olvidaré”, indicó.